Según el Minidiccionario Aurélio, traducir, o el «acto de traducir», es pasar un texto, escrito o no, de una lengua a otra.
Pero entre «traducir» según la definición anterior y «la traducción tal y como ocurre en la práctica», hay muchos enfoques del proceso de traducción que pasan totalmente desapercibidos para los consumidores. Para ellos, lo importante es tener acceso a textos o producciones audiovisuales (películas, series, vídeos de Internet, etc.) en su propia lengua y, por supuesto, que esta adaptación esté bien hecha. Sólo queda esperar que los editores y distribuidores de estas producciones audiovisuales contraten a traductores profesionales que se comprometan a reducir los «ecos» o el «ruido» de la transposición lingüística.
Para los traductores, sin embargo, además de ofrecer traducciones fieles al original, existe la preocupación de entregar traducciones que suenen lo más naturales posible, algo así como decir que queremos «un texto tan bien reescrito en la lengua de llegada que incluso parezca haber sido escrito directamente en esta lengua». ¡Y esto es un arte!
Sí, la traducción es un verdadero arte: reescribir textos y diálogos, referencias culturales, chistes y juegos de palabras, versos y rimas en otro idioma, ¡manteniendo el estilo propio del autor y el ritmo del texto! Al traducir para el doblaje, también es necesario sincronizar determinados movimientos de los labios.
Una buena traducción no se hace por casualidad. Es más bien el fruto de un análisis minucioso del texto original, del uso de estrategias de traducción -algunas más naturales y espontáneas que otras-, de las formas (a veces tortuosas) de expresar la idea en la lengua de llegada y de una actitud de búsqueda constante, curiosidad y creatividad por parte del profesional de la traducción.
Y hay quien dice: «¡Búscalo en Google, es mejor!».
He aquí una breve explicación de algunas de las estrategias que utilizan los traductores para que el texto extranjero no sólo se traduzca fielmente (en cuanto a mensaje y estilo), sino que sea fluido, coherente y agradable de leer (o de ver, en el caso de la traducción audiovisual).
Desde la segunda mitad del siglo pasado, los profesionales de la lingüística aplicada han estudiado el proceso de traducción y qué enfoques (transposición, modulación, adición, etc.) pueden utilizarse para conseguir un texto de calidad en la lengua de llegada.
Los traductores utilizan diversas estrategias para garantizar la calidad de la traducción; estos enfoques van desde traducir el texto literalmente hasta alterar por completo su estructura.
¿Y qué estrategia elegir?
Depende del contexto, del objetivo del contenido, del tipo de texto, de las necesidades del público destinatario, etc. En lugar de elegir un único camino, lo que más ocurre en la práctica es una combinación de enfoques.
Estrategias de traducción
Traducción directa o indirecta
En primer lugar, es importante saber cuándo una traducción es directa o indirecta.
Traducción directa: es cuando todos los elementos y estructuras del texto original se mantienen en la versión traducida, de modo que la idea puede adaptarse a la lengua de llegada sin cambiar demasiado la dinámica del texto.
Traducción indirecta: se produce cuando se modifican tanto la estructura de la frase como las categorías léxicas. En este caso, es esencial la presencia de un profesional que conozca a fondo el proceso de traducción.
Dentro de estas subcategorías, los enfoques del proceso de traducción también varían.
En traducción directa, tenemos:
1. traducción literal
Hay situaciones en las que las traducciones literales, palabra por palabra, son suficientes o incluso la única versión adecuada; es el caso de las frases cortas sin contexto ni implicaciones importantes para otras partes del texto.
Algunos ejemplos de aplicación de la traducción literal:
– Documentos jurídicos: en contratos, acuerdos, leyes y otros documentos jurídicos, es habitual utilizar traducciones literales para garantizar que los términos y cláusulas se traducen con precisión.
– Material técnico: en manuales de instrucciones, guías técnicas o documentos de especificaciones, se aplica la traducción literal para mantener la exactitud de los detalles técnicos.
– Documentos científicos: en publicaciones científicas, artículos de investigación y técnicos, la traducción literal puede utilizarse para mantener la terminología específica y los conceptos técnicos.
– Traducción automática: la mayoría de las herramientas de traducción automática disponibles en el mercado son algoritmos de traducción basados en modelos lingüísticos, donde la traducción literal es la más utilizada por ser más sencilla y fácil de implementar. Los pros y los contras de utilizar traducciones automáticas son muchos y se tratarán en otro post.
Es importante recordar que, incluso en situaciones en las que la traducción literal es útil, hay que tener cuidado de que el mensaje se transmita correctamente en la lengua de destino. La traducción literal no siempre da como resultado una frase comprensible o natural en la lengua de destino, por lo que en muchos casos es recomendable utilizar técnicas de traducción más adaptativas y contextualizadas o, lo que es mejor, una combinación de técnicas y enfoques.
Esto se pone de manifiesto en la traducción audiovisual, especialmente en el doblaje, cuando la traducción literal puede parecer «acartonada», con diálogos poco realistas y a menudo sin sentido.
2. Traducción de préstamos
La traducción de préstamo, también conocida como calco o préstamo lingüístico, se produce cuando una lengua adopta una palabra o expresión de la lengua extranjera debido a la falta de un término equivalente en la lengua de destino, o porque la palabra o expresión extranjera se considera más precisa, elegante o pertinente para la situación.
En estos casos, lo normal es utilizar este término extranjero bien «aportuguesado», directamente del original, como en el caso de «hamburguesa» (del alemán), «kimono» (del japonés), «deletar» (del inglés) o baguette (del francés); bien adaptado, como en el caso de expresiones como «rascacielos» (del inglés).
Hay varias situaciones en las que las traducciones de préstamos son habituales:
– Términos técnicos y científicos: las palabras y frases técnicas suelen tomarse prestadas de otros idiomas, especialmente del inglés, debido a su prevalencia en campos como la tecnología, la medicina, la ciencia y los negocios. Por ejemplo, en portugués utilizamos «software» en lugar de crear un término equivalente.
– Jerga y cultura popular: las expresiones de la cultura popular, como nombres de grupos musicales, personajes de películas o programas de televisión, pueden tomarse prestadas directamente de otras lenguas. Por ejemplo, en muchos idiomas puede oír referencias al «rock and roll» o al «hip-hop».
– Términos que describen conceptos únicos: algunas lenguas toman prestadas palabras o expresiones de otras lenguas para describir conceptos que no tienen equivalente directo en su propio idioma. Por ejemplo, en portugués usamos «saudade» para describir un sentimiento de profunda nostalgia, que no se traduce fácilmente a muchos otros idiomas. Tenemos una interesante publicación sobre términos intraducibles, que puede consultar aquí.
– Innovaciones tecnológicas: Las nuevas tecnologías suelen traer consigo términos prestados de otras lenguas. Por ejemplo, «correo electrónico» es un término prestado ampliamente utilizado en muchos idiomas.
– Palabras de origen extranjero que pasan a formar parte de la lengua: A veces, las palabras o expresiones prestadas se hacen tan comunes e integradas en la lengua que se consideran parte del vocabulario nativo. Esto puede ocurrir con el tiempo, a medida que evoluciona la lengua. ¿Quién no ha utilizado alguna vez el verbo «deletar» como si siempre hubiera sido un término portugués?
Tomar prestado puede ser una forma eficaz de colmar lagunas lingüísticas, pero también puede afectar a la identidad cultural y, más aún, puede influir en la propia lengua, al introducir en ella elementos de lenguas extranjeras. Por lo tanto, su uso debe ser equilibrado y considerarse cuidadosamente, especialmente en contextos formales o académicos.
En traducción indirecta, tenemos las técnicas:
1. traducción por equivalencia/reformulación
Imagínese la dificultad de trasladar al doblaje una serie que transcurre en un centro penitenciario, como es el caso de «Orange is the new black».
Además de los diferentes estilos lingüísticos, niveles de registro y vocabulario específico, todos ellos muy alejados de las normas gramaticales formales, existe también una enorme cantidad de argot, jerga y expresiones idiomáticas incorporadas al habla, que difícilmente pueden traducirse literalmente al portugués. Si simplemente se tradujeran, estas expresiones no tendrían ningún sentido.
Así pues, localizar este tipo de contenidos implica adaptar el texto (discurso) al contexto específico de la lengua de destino.
Aunque la traducción por equivalencia es un método común de traducción, es importante recordar que no siempre es posible encontrar una correspondencia exacta para cada palabra o expresión en otro idioma y que pueden perderse ciertos matices, juegos de palabras o referencias culturales. Cuando la pérdida es fundamental para la historia, se puede insertar una breve explicación a pie de página, como veremos más adelante, pero es evidente que esto no es posible en los audiovisuales.
Además de la adaptación para el doblaje (audiovisual), la traducción por equivalencia también se utiliza en otros contextos generales, como la traducción de textos literarios, documentos comerciales, sitios web y materiales publicitarios y de marketing.
2. Traducción por transposición
Es una técnica que consiste en reorganizar palabras, frases o partes de un texto original antes de traducirlo a otro idioma. En lugar de traducir palabra por palabra en el orden original, el traductor reorganiza la estructura del texto original para hacerlo más comprensible y natural en la lengua de destino.
Esta técnica suele utilizarse cuando la estructura gramatical, la sintaxis o el orden de las palabras de una lengua son muy diferentes de los de otra. La transposición puede ayudar a conservar el sentido del texto original y hacerlo más fluido y legible en la lengua de llegada.
Uso de la transposición:
– Cambiar el orden de las palabras: en algunas lenguas, el orden de las palabras en una frase puede ser diferente al de otra lengua. Un traductor puede reorganizar las palabras para reflejar el orden gramatical correcto en la lengua de llegada.
Si analizamos la estructura lingüística alemana, por ejemplo, o la china, aún más diferente de las lenguas romances, con verbos que aparecen al final de las frases, nos damos cuenta de que la transposición de palabras es simple rutina.
– Reorganización de frases o cláusulas: Para mejorar la fluidez y la comprensión, el traductor puede reorganizar frases o cláusulas en un orden que tenga más sentido en la lengua de llegada.
Texto original (eslogan publicitario): «Impossible is nothing», traducido como «Nada es imposible».
En este ejemplo, el traductor invierte el eslogan, manteniendo el significado esencial pero adaptándolo de forma más impactante en la lengua de destino.
– Cambio de voz: La voz pasiva en una lengua puede utilizarse con más frecuencia que en otra. En este caso, el traductor puede transponer una frase de la voz pasiva a la activa (o viceversa) para mantener la claridad.
Se trata de una técnica valiosa cuando se trata de lenguas que difieren significativamente en términos de estructura lingüística. Sin embargo, requiere sólidas habilidades para comprender y recrear estructuras gramaticales y sintácticas, cuidando de que el sentido original del texto se mantenga tras la traducción.
3. Traducción por reducción (síntesis) o expansión (amplificación)
Son técnicas utilizadas para ajustar el tamaño y el contenido de un texto según las convenciones y limitaciones de la lengua de llegada. Estas técnicas son especialmente útiles cuando la lengua de llegada presenta diferencias significativas en términos de concisión con respecto a la lengua de partida.
La traducción de reducción suele utilizarse cuando la lengua de partida tiende a ser más descriptiva o verbosa que la de llegada. El objetivo es conservar la esencia y el significado del texto original, pero en un formato más compacto.
Ejemplo:
En inglés: «The company is planning to implement a new policy with the goal of increasing productivity.»
Traducido al español: «La empresa planea implementar una nueva política para aumentar la productividad.»
En este ejemplo, la traducción al español es más concisa, eliminando la repetición de «con el objetivo de» en el texto original en inglés.
La traducción de ampliación, por su parte, consiste en aumentar el texto original para hacerlo más completo y detallado en la lengua de llegada. El traductor puede añadir información, ejemplos, explicaciones o detalles que no estaban presentes en el texto original.
Ejemplo:
Del portugués: «El río Amazonas es el más largo y caudaloso del mundo».
En traducción al inglés: «The Amazon River, which is the longest and most voluminous river in the world, …»
En este ejemplo, la traducción al inglés añade información descriptiva («which is the longest and most voluminous river in world») para ofrecer más detalles sobre el río Amazonas.
4. Traducción por explicación
En algunos casos, ciertas palabras, modismos o referencias culturales pueden no tener una equivalencia directa en la lengua de llegada. En tales casos, el traductor puede optar por ofrecer una traducción literal en el cuerpo del texto y añadir una explicación más detallada en una nota a pie de página (la famosa «nota del traductor»), para que el significado sea más comprensible.
Este enfoque permite al traductor comunicar información más precisa y evitar malentendidos o interpretaciones erróneas, aunque requiera un poco más de texto o esfuerzo para explicar el concepto original.
Esto es habitual cuando se traducen textos técnicos, jerga o conceptos culturales que pueden resultar desconocidos para los lectores de la lengua meta. Sin embargo, es importante equilibrar la necesidad de explicaciones con la fluidez y naturalidad del texto traducido, para que la lectura siga siendo agradable para el lector sin tantas interrupciones.
5. Traducción y adaptación cultural
Más que una técnica, aquí le traemos prácticas útiles en el día a día de la traducción.
La adaptación cultural consiste en sustituir elementos del texto original que no forman parte del contexto cultural del país de destino; puede hacerse sustituyéndolos por algo equivalente, o incluso reescribiendo el pasaje para que sea comprensible y apropiado en la lengua de destino.
Algunas situaciones en las que la adaptación cultural es relevante en la traducción:
– Contexto cultural y geográfico: cuando una referencia cultural o geográfica del texto original no es comprendida por el público de destino, el traductor puede sustituirla por algo equivalente en la cultura de destino. Puede incluir nombres de famosos, lugares, acontecimientos históricos o referencias a costumbres locales.
– Medidas y monedas: las escalas, unidades de medida y monedas deben adaptarse a las referencias del país de destino. Por ejemplo, en textos que muestran medidas de peso en piedras (Reino Unido), la traducción al portugués de Brasil mostrará la medida en kilos.
– Sensibilidad cultural: algunos temas pueden ser delicados u ofensivos en una cultura, pero no en otra. El traductor debe ser sensible a las diferencias culturales para adaptar el contenido a las normas y valores de la cultura de destino.
En resumen, la adaptación cultural en la traducción implica algo más que convertir palabras de una lengua a otra. Abarca un profundo conocimiento de las diferencias culturales y la capacidad de ajustar los contenidos para que resulten claros al público destinatario de la nueva cultura.
¿Y cuando la traducción no es suficiente? ¿Cuándo hay que cambiar el texto para que no se parezca mucho al original? Son los casos en los que la traducción de la idea prima sobre la traducción del propio texto; aquí se da la traducción combinada con la creación, la llamada transcreación o traducción creativa.
Traducción por transcreación
A menudo, las traducciones literales o pequeñas adaptaciones de la traducción del texto bastarán para expresar la idea manteniendo la cohesión y claridad de la versión traducida. Sin embargo, en otras situaciones, las adaptaciones deben ser más incisivas o pueden generar textos completamente distintos de lo que sería una traducción literal. Son los casos en los que la traducción se combina con la recreación de partes del texto en la lengua de llegada, lo que se conoce como transcreación (o traducción creativa).
La transcreación es una forma de «traducción por adaptación» y muchos traductores, de hecho, sostienen que son la misma cosa. Lo hemos dejado separado porque consideramos que el grado de creación, no de traducción, en los textos/guiones de vídeo transcreados es mayor en comparación con lo que sería una traducción literal del mismo contenido.
En la transcreación, el traductor trata de mantener el mensaje, la esencia, el estilo y la emoción del texto original, aunque ello implique introducir cambios significativos para lograr el mismo efecto en la lengua de llegada. En estos casos, el mayor reto para traductores y revisores es equilibrar la libertad de creación con el respeto al texto original.
Este método se utiliza a menudo en traducciones de obras literarias, publicidad, eslóganes o textos creativos que requieren un enfoque más artístico e interpretativo.
Ejemplos:
Del inglés: «Break a leg!», tenemos la traducción al portugués como «¡Buena suerte!».
Explicación: La expresión idiomática «Break a leg!» se utiliza comúnmente en inglés para desear buena suerte antes de una representación teatral, pero la traducción literal no tendría sentido en muchos otros idiomas, ni tampoco en portugués. Por ello, el traductor opta por una adaptación culturalmente pertinente, como «¡Buena suerte!».
Este reto ha sido bien explicado por el profesor D`Hulst en su libro «Cent ans de théorie française de la traduction»:
No hay nada más difícil (...) ni nada más raro que una traducción excelente, porque no hay nada más difícil ni más raro que lograr el justo equilibrio entre la licencia del comentario y la servidumbre a la letra. El apego excesivo a la letra destruye el espíritu, cuando es el espíritu el que vivifica; la libertad excesiva destruye los rasgos característicos del original, hace de él una copia infiel."
Lieven D'Hulst Tweet
¿Y cómo sabemos qué estrategia adoptar?
Recuerden siempre, traductores, que no hay un solo enfoque, una sola estrategia, una sola traducción. A menudo es necesario combinar distintas estrategias para garantizar que la traducción sea precisa, fluida y culturalmente adecuada. Cada texto presenta retos únicos y debemos tener en cuenta el trinomio término-texto-contexto para fundamentar nuestra elección.
Pero, después de todo, ¿qué se considera una traducción bien hecha?
Al abrir un libro o elegir una película en una plataforma de streaming, el consumidor no está muy interesado en saber qué estrategias utilizó el traductor para adaptar la obra. Simplemente quiere disfrutar de la obra traducida y espera, sobre todo, que esta adaptación se haya hecho bien.
Pero los errores de traducción, cuando se detectan, parecen saltar de las páginas o del vídeo, ¡y hieren nuestros oídos, nuestra sensibilidad! ¿Cuántas veces te ha pasado esto? Pues sí.
Lo que los traductores se esfuerzan por ofrecer:
El sueño dorado de todo traductor es entregar siempre un trabajo con:
- Fidelidad al texto original:
Sí, lo fundamental es que el texto traducido sea fiel al original. Si es prácticamente imposible no interferir en el contenido original, el objetivo es transmitir el mensaje del autor sin añadir ideas u opiniones propias. De este modo, el traductor permite a los lectores vivir una experiencia lo más parecida posible a la que habrían tenido leyendo el texto original.
- Respete el estilo del texto original:
Respeto por la obra original del autor, permitiendo que su voz y estilo sigan presentes en la traducción. Esto es especialmente importante cuando se trata de obras literarias o textos con una voz autoral definida. Un traductor hábil trabaja entre bastidores para garantizar que el autor esté correctamente representado en la lengua de destino.
- Fluidez, elegancia y naturalidad:
Nos esforzamos por crear un texto traducido que se desarrolle con fluidez y naturalidad en la lengua de destino, siempre siguiendo de cerca el texto original. De este modo, el lector puede centrarse en el contenido y el mensaje, en lugar de distraerse con una traducción torpe y mutiladora.
- Respeto de las limitaciones culturales del público destinatario:
El traductor debe tener en cuenta las diferencias culturales para adaptar el contenido a las normas y valores de la cultura de destino, evitando temas delicados u ofensivos. Suele solicitarlo el propio cliente, pero nunca está de más recordárselo directamente al profesional.
Traducciones como ésta acercan a los escritores/productores de contenidos a sus consumidores, acortan las distancias culturales y amplían el alcance de las producciones a muchos otros mercados.
Este es nuestro objetivo en The Word Translations.
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